viernes, 11 de abril de 2008

Tomar decisiones

Tomar decisiones
Todos los días tenemos que tomar decisiones que tienen que ver con la economía. Para elegir en qué gastar nuestro dinero o el tiempo, por ejemplo, debemos conocer y evaluar las posibilidades que se nos presentan, y tomar en cuenta que nuestro dinero y tiempo tienen un límite. No podemos tener todo lo que deseamos.
Nadie se escapa de tomar decisiones, todas las personas que se agrupan en sociedad lo hacen: las amas de casa, los niños, jóvenes, los directivos de las empresas, los trabajadores, todos debemos elegir entre las posibilidades que se nos presentan.
Cuando tomamos una decisión renunciamos a las otras posibilidades en las que hubiéramos podido utilizar nuestros recursos. Por ejemplo, si elegimos usar nuestro dinero para comprar un aparato de sonido en lugar de una televisión, entonces sacrificamos la posibilidad de tener una televisión nueva; si elegimos usar nuestro tiempo libre en un curso de inglés renunciaremos a unas horas más de descanso.
Cada vez que elegimos algo dejamos de lado los beneficios que nos ofrecen las otras opciones. En economía esto se llama COSTO DE OPORTUNIDAD. El costo de oportunidad es el valor
de aquello que dejamos de obtener al elegir una alternativa. Implica que no podemos obtener más de algo sin dejar de tener menos de otra cosa.
Para tomar una decisión influyen muchas cosas más aparte de los deseos, como las restricciones y los beneficios que nos ofrecen cada una de las alternativas. También son importantes nuestros gustos, preferencias, y la información que poseamos. Generalmente nos decidimos por cosas que nos gustan más y que son accesibles para nosotros, pero también nos inclinamos por aquellos bienes o actividades que pensamos son la mejor opción o que tienen un incentivo.
Los incentivos pueden cambiar nuestra conducta y motivarnos a tomar decisiones específicas. Siguiendo con nuestro ejemplo, si cuando decidimos adquirir el aparato de sonido anuncian una rebaja en el precio de la televisión es probable que cambiemos nuestra decisión. Lo mismo pasa con la decisión de cómo usar nuestro tiempo: si elegimos no ir al curso, pero nos enteramos que tomarlo es un requisito para obtener una beca, tendremos un incentivo para inscribirnos. De este modo, los individuos respondemos a los incentivos para tomar nuestras decisiones.

información obtenida de: MUSEO INTERACTIVO DE ECONOMÍA

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